sábado, enero 13, 2007
MICRORELATO DE UNA TARDE DE OTOÑO TARDÍO
El estrecho camino estaba sepultado por una alfombra voluminosa de hojas...estas eran fruto de los aires del otoño más tardío...hojas ocres que habían caído por los primeros frescores y los vientos tildados de cierzos. Al cabo de unos días de estar, solas, quizás muertas, en el suelo....éstas crujían a mis pasos...se secaban para ser pasto de otros pequeños seres vivos...Esto es el ciclo de la vida en donde nada muere.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario