martes, abril 17, 2007

Santa Bárbara

El sol había salido aquella mañana, con sus rayos, brillantes y tensos… hacía muchos días que llovía y nos alegramos de verlo, pero las previsiones anunciaban más lluvias. El cielo no era de un azul claro… era un azul empañado por brumas y el tono de su color era triste…suspiré pensando en una tarde de lluvias o quizá tormenta… el sol daba en las paredes blancas del balcón y no era un sol con fuerza. Unos hombres se paran frente a la casa, levantan la cabeza y con las manos me piden que baje. No los conozco y me pregunto quienes pueden ser éstos que me han raptado un rato de mi contemplación entre el cielo y el sol. Abro la puerta sin pensar que me espera un monólogo sobre religión. Educadamente les interrumpo explicándoles que ni soy religiosa ni me interesa nada de lo que me explican… me miran a los ojos y empiezan a decirme que cuando miraba a través del cristal del balcón, estaba pensando para reflexionar y meditar….No tengo otra salida que sonreír y que reiterar mis ideas. Se me quedan mirando y me acercan unos folletos, los cojo, siento cierta culpabilidad por mi ateísmo…aquel hombre parecía buena persona… me pide que lo lea y me recuerda que él siempre estará allí… ¿dónde?, en un número de teléfono que ha escrito en la revista; antes de irse me recuerda que el libro es de un amigo…
Subo a mi casa y les veo marchar a través del cristal del balcón. Me doy cuenta que ya no hay luz solar en forma de rayos que rebotan en las paredes encaladas. El cielo comienza a nublarse de manera impertinente. Suena el teléfono, es mi madre…. Hablamos un buen rato sobre mi pueblo, sobre este pueblo, sobre el trabajo, reímos y le cuento que aquí vuelve a estar mal el cielo…además en el tiempo que llevamos hablando se ha nublado con amenazas de tormenta…Mi madre toda seria me recuerda las palabras de mi abuela, la que era religiosa, “si en jueves y viernes santo llueve…lloverá, después más o menos, durante cuarenta día…”. Evidentemente no lo creo, pero me conformo, todavía no sé por qué, cuando me explica que si en esos días hace viento, después éste soplará durante cuarenta días. Entonces me alegro de que llueva otra vez…los cristales del balcón empiezan a recibir las primeras gotas. Me entraron ganas de ir a la Iglesia a poner una vela a Santa Bárbara.

No hay comentarios: