miércoles, febrero 21, 2007

De familia y herederos de memoria.

Mi abuelo era un perdedor, perdió una guerra que después se prolongó….siendo su sentimiento el de vivir dentro de un viaje perdido….por eso no hablaba mucho, por eso no perdió, nunca, sus ideas.
Mi tío era un prófugo, lo empujaron con fuerza de su país hasta un lejano lugar del que sólo volvió intermitentemente,….el día que lo hizo para quedarse, fue en la ceremonia de su sepultura…..su talento estuvo añorándose de una tierra que no reconocía.
Mi otro tío se desdibujó entre una prisión y su sentencia a muerte…cuando salió vivió muchas décadas con una condena errante que le privaba el aire, jamás pudo aplicar aquella enseñanza que fue su utopía y la de muchos…su mirada fue siempre reservada.

Vivir en tu campo la derrota más amarga; tener que marcharte por que quedarte es morir; sentir el miedo para tener sólo libertad en la desilusión.

Mi otro abuelo mató a muchos nombres quemando papeles en aquel oscuro pozo de la prisión...decía que no le gustaba y volvía enfermo de estas misiones, pero su casaca azul le pesaba…Cuando murió, demasiado joven, lo hizo intranquilo. Puede que, en realidad fuese otra víctima o puede que sea yo lo que desee pensar.

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