jueves, febrero 08, 2007
Estruendos y estampidas.
El estruendo llegó hasta donde descansaba el viento de un verano encarrilado por entre anticiclones pesados. La estampida rompió el color de la noche…los rayos empezaron a caer incesantemente y las luces se esparcían cual gotas de agua fuesen cayendo entre el campo árido de cereales. Subimos a una alcoba natural en la pared del Tío Marcelo…nos protegimos de un tembleque futuro sospechando que aquello iba a prolongarse mucho en el tiempo.
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