El gato Nicolás cumplió ayer tres años y lo celebró cual persona humana fuese: se acomodó en su diván particular viendo pasar lenta y plácidamente aquel día de frío, con un poco de nieve, en País de Cazarabet.
Le gustaba el color de aquella luz y le gustaba la tranquilidad de aquella masada a caballo entre el Bajo Aragón y el Maestrazgo…tumbarse en la silla tapizada a la que le daba el sol durante todo el día y sentir pasar el tiempo con las caricias de sus moradores que le susurraban palabras dignas del sonrojo más decoroso. Desde aquella silla muy cercana a la chimenea, Nicolás, se argumentaba una idea de todo lo que se gestaba en aquella masía ;en invierno recibía muchas vistas de gente extraña que se quedaban sólo unas horas… hasta que el frío, la nieve o el viento ya permitían el paso por los senderos.
El gato Nicolás realizada sus estiramientos aprovechando la alfombra que se rendía delante del fuego donde Raquel depositaba sus pies mientras hacía ganchillo o Sebastián pasaba horas y horas leyendo …. Si el tiempo se enternecía con temperaturas suaves, Nicolás, acompañaba a Raquel con sus tareas o marchaba al pinar con aire presumido y embargado por la libertad que respiraba desde hacía tres años en aquel espacio geográfico llamado País de Cazarabet.
martes, febrero 27, 2007
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