Se llamaba Banana.

La rana Banana iba de charca en charca como una errática escena de un cuadro de Goya al que le quitaras el efecto de la guerra de la independencia. Banana se disfrazaba de” rana pilla” para alegrar el día a todas las charcas….era como una pincelada de color en un rincón gris….De pronto ,una mañana, pasó lo que hacía muchísimo tiempo que no pasaba: empezó a derramarse una cantidad despreocupada de agua que parecía estar limpiándolo todo. Algunas otras ranas pensaron que ahí se habían terminado los días “pillos” de la “rana pilla”….se burlaban y reían ,olvidando las veces que Banana les había hecho sonreír entre la más intensa de las tristezas. Pensando esto se acostaron dejando la ventana entreabierta para ver salir al sol y oír a los pájaros cantar.
La mañana se levantó magnífica, como de cuento de acuarelas….el sol se posaba ,entre nubes que parecían algodones, en un cielo azul , limpio y tranquilo ; las aguas paseaban tranquilas; las charcas invitaban al baño; los árboles se desperezaron y asearon; las ardillas corrían y recorrían un sinfín de laberintos…..y nuestras ranas inquisidoras se despertaron por el croar de Banana, hoy más dispuesta que ayer.