jueves, abril 05, 2007

Ecos del pasado.

El maestro estaba cansado, así que se sentó en la piedra tallada junto al portal de la casa del Sr Jaime…estaba sudando y se sentía mareado…subir sin parar desde el primer pueblo del valle hasta el último del altiplano había resultado un atrevimiento.
El escalofrío recorrió toda su columna, entonces recobró cierto aliento que se desplomó desde el cielo sacudiéndolo en una sintonía de miradas y latidos….todos los gatos del pueblo lo estaban contemplando. Judas se levantó y se puso el jersei andino. Sus colores hablaban de la alegría del pueblo de su abuela. En el pantalón tejano llevaba un papel debidamente doblado en pliegues fuertes y firmes, esperaba desplegarlo y dirigirse a aquella casa para encontrar la respuesta a sus preguntas… Un buitre se posó a escasos cincuenta metros, aleteó sus enormes alas y gritó algo en un idioma difícil de entender….Judas comprendió que estaba en el pueblo que había soñado su abuela andina en su último día de vida. Una sonrisa cansada se dibujó en la cara de Judas… las campanas tocaban a muerto desde la única Iglesia románica de la comarca.

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