jueves, abril 26, 2007

EL PASO JAGANTA

UN DIA EN LA MARCHA DEL PASO DE JAGANTA.

La primavera más cálida despertó con fuerza, después de las largas lluvias de Abril que hacían pensar en aquella imaginaria villa de Macondo que inventara, casi en el trópico, un extrovertido contador de historias que pensó en plasmarlas a papel bañado en tinta. Así que aquel domingo vispera de la fiesta popular de San Jorge, amaneció tranquilamente un día plácido, sin aires que recordasen la humedad o algun frio fortuito.La gente, con tranquilidad, fue acercándose a la plaza de la Iglesia para congregarse alrededor de la fuente de cuatro grifos y salir de allí impulsados por las ganas de descubrir o redescubrir cierta parte del entorno que más cerca les acaricia. Poco a poco quedan a sus espaldas las casas masinas, las calles despertando, algunos vecinos despedezándose para ir al huertecillo....otros se cruzan con los “andarines” pensando que están en otra dimensión porque ellos llegan de una noche de gran actividad y estos paseantes ya están de pie con la cara despejada y los ojos que piden más....mucho mas.....
El grupo ya está presto a cruzar la carretera de lleva a Castellote para adentrarse por La Palanca...los chavales más avispados se adelantan con cierto descaro y muchos de ellos mirar a la izquierda por si están los caballos blancos de Benidle, que bien los querría Santiago....aquel del caballo blanco.

Hay que bordear el río por la ribera izquierda hasta cruzarlo por esa especie de puente de sufridos ojos por los que igual baja abundante agua , como se crían espesas telarañas. De frente intuimos, tras los campos de cereal, la masada del Juaco y a la derecha emprendemos el camino que nos llevará a redescubrir el antiguo paso a Jaganta... para encontrarlo pasaremos por debajo de la canal de la acequia de Aguaviva y enfilaremos lo que antaño tuvo que ser paso de caballerias . Nos adentramos, definitivamente, hacia Jaganta.
Nos encontramos con una pendiente prolongada que enseguida ejerce el efecto de estirar el grupo, parecemos hileras de hormigas en busca del primer mosdisco del día....aunque algunos lo que perseguían, con cierta devoción, era un buen trago de zumo de cebada.... El “trato” es reagruparnos todos , almorzando, en la pista de lleva a Las Parras…..punto conocido como el campo de los frailes. La gente va llegando poco a poco, algunos un poco atormentados por la conjunción entre sol y pendiente, pero llegan con la sonrisa en los labios y con una mirada que, seguro, eleva su autoestima. El campo de los frailes se ha convertido en una especie de atalaya para los cansados pies.
Los caminantes ingieren el desayuno con ganas y con el ánimo de reponer unas fuerzas que haran falta más adelante. El collado que hay que recorrer ahora, no coronar, es más tortuoso, la senda está menos marcada y el matorral despista un poco nuestro trazado, pero todos lo emprenden con ganas y con una buena conversación. Podemos contemplar los pueblos de nuestro particular rincón: Mas de las Matas, Abenfigo, Seno , Castellote. Unas vistas panorámicas que nos devuelven a valorar, en su justa medida, estos nuestros pueblos...
Los amigos de la cebada, más que los otros ,saben que la recompensa es el objetivo soñado con cada paso, con cada golpe de calor....Por el monte vamos a encontrar una especie de desmonte por el que desciende una senda hacia una balsa natural y un corral, conocido como Corral Nuevo. Allí nos encontramos con nuevos amigos caminantes, nos dirigimos hacia la Ermita de San Pebro...un camino tranquilo y reposado por una especie de pista,después de los buenos tramos de senda.
Al llegar a la Ermita nos la encontramos abierta y al resto de caminantes desperdigados por allí.... nuestros principales impulsores, que buscaban la cebada, no están. Nos explican que ya han marchado camino de Jaganta....está claro allí saborearán el ansiado botellín.
Pronto se produce un reagrupamiento,que cualquier militar de estrellas quisiese para sus formaciones y nos encaminamos hacia Jaganta, allí podremos ver los lavaderos, sus calles , los dos barrios, la Iglesia en honor a los santos Pedro y Juan y su afamada y admirada almazara.
Los zagales juegan en la balsa que hay ante la almazada, en los lavaderos del trinquete, en el propio trinquete....parece que la andada no ha hecho el efecto esperado por los sufridos padres que han buscado este día como relax y como válvula de escape .
Entonces fue cuando nos enteramos de la trampa de esta excursión: los pioneros de pasos firmes y rápidos estaban ahora en una especie de paraíso terrenal rozando a lo celestial con sus zumos de cebada , esperando comida…eso, en mi tierra , se llama ser muy “espabilao” ; mientras tanto, los caminantes emprenden otra vez sus pasos hacia la Ermita allí les espera la comida(ya la querrían y un buen vino.
La gente se sienta en torno a una gran mesa de piedra...llega el vino, el agua y la gaseosa para sofocar no pocas gargantas sedientas....se comparten risas y anécdotas a la hora de comer....El sol permanente, es tapado por alguna atrevida y valiente nube; pero pronto vuerlve a asomarse por algún rincón.

Los niños, a la hora del postre, emprenden unos nuevos juegos, siempre en constante movimiento.... dejando la opinión de los padres en un eterno y prolongado suspenso...

Emprendemos el regreso hacia Mas de las Matas por el PR......prolongadas bajadas con las que hay que ir con cuidado por la piedra suelta…me recuerda este paso a los “assegadors” de l´Alt Maestrat y Els Ports de Castelló. Damos con algún barranco que hoy transporta algo más que piedras, el agua baja sosegada y lenta….todos estos barrancos son afluentes de afluentes...Cuando ya estamos abajo es cuando remontamos...El sol aprieta, cuando encontramos la frágil sombra de los pinos es para que éstas nos reciban con la calima impenetrable cargada de aire caliente. Seguimos adelante y subimos hasta una pista que enlaza a la izquierda con una senda que nos llevará hacia una atalaya por la que podremos contemplar unas pletóricas vistas sobre el Guadalope....vistas que se concentran sobre el azud de Abenfigo. Continua la senda llaneando y remontando, de vez en cuando, para cruzar una pista y reencontrarnos con una corta senda que nos enlaza con la pista que irá dejando a nuestra derecha a los canales de la acequia de Aguaviva. En uno de esos barrancos, dejaremos la senda que hemos tomado esta mañana a la derecha , para continuar por la izquierda. El Guadalope baja , aún, más valiente que esta mañana y lo hace bajo la espectación de los caminantes que admiran el paso fugaz del agua, sólo equiparable a la del tiempo...El grupo emprende el camino hacia Mas de las Matas, volviendo a pasar por La Palanca y yendo a buscar la plaza de la Iglesia, pasando previamente por la Plaza del Ayuntamiento.
La gente muestra cierta dosis de satisfacción, escondida tras una apariencia del cansancio más férreo... pero ya empieza a ser significativo el hecho de que muchos de ellos se pregunten cuándo será la próxima cita con nuestras sendas, nuestro entorno....nuestras ganas de conocer para poder estimar....entonces queda claro: ¡ hasta la próxima!.

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