Visiones de memoria 3

Sylvia entró con sumo cuidado en la habitación de su abuela…aún así su abuela se percató de su sutil presencia, se acercó hasta la cama, le estaba siendo inusualmente difícil mirarla a los ojos…tenía los suyos empapados de su íntima lluvia y veía en los de su abuela una intensa calima que nublaba su voz. Sylvia le preguntó si quería que le siguiese leyendo a Jonathan Swift con las aventuras de Gulliver, la abuela esbozó una tímida y cansina sonrisa, de su voz salió un sí. Sylvia leyó cerca de una hora hasta que bajó a la cocina a calentar el puré de la noche. El microondas funcionó durante dos minutos el tiempo justo para llorar... después subió a darle la cena a su abuela. Ésta la recibió más animada, como deseosa de tranquilizar a su única descendiente.
Conversaron, mientras ingería, poco a poco un vaso de zumo. Mary, más animada que en todo el día, se aseó con ayuda de Sylvia y se quedó sentada, acomodada entre almohadas y cojines, encima de la cama...leía, ahora, las aventuras escritas por London... allá donde algunos de sus familiares habían emigrado. Respiró profundamente y se durmió