sábado, abril 07, 2007

Sentirse tímido.

En aquella tarde, me rodeé de extraños…sentía nervios y me imaginaba observada por todos los presentes. Una ráfaga de viento abrió el pórtico de la ventana y esparció hojas otoñales entre todos nosotros…por la puerta seguía entrando gente y seguían siendo extraños.
Me senté en un rincón estratégico para poder observar: nadie hablaba todos miraban como si fuesen extraños unos con otros. Simplemente, éramos desconocidos.

No hay comentarios: