jueves, abril 12, 2007

Visiones de memoria 1

Llovía aquella tarde de principios de primavera, Sylvia O´Marley esperaba con inquietud a que David y Jules pasasen a buscarla....conocía perfectamente el sonido del motor del Ford de David...así que no les dejaría bajar para que pulsasen el timbre...ella, saldría, desplegaría el paraguas y recorrería, con cierta solemnidad, los veinticinco metros de jardín cultivado y adornado por las plantas que le enseñó a cuidar su abuela Mary. Llevaría, apretada contra su cuerpo, la mochila campera que tantos kilómetros había andado con ella... cubriéndole las espaldas, como un guardián sin tregua.
Sylvia agudizó su atención, cerrando el libro en un compás al unísono, casi saltó de su sillón para echarse encima una cazadora y salir de manera decidida hacia el vestíbulo. El ruido se acercaba y el coche azul desacelerada.... Sylvia salía y saludaba a los dos ocupantes...les sonrió, les dio la espalda y se dispuso a cerrar la puerta. Cruzó el patio y se percató de que Pepe había jugado, otra vez, con la pelota...menos mal que lo había hecho antes de ponerse a llover... ¿debería decir diluviar? Entró al coche dejando la mochila cuidadosamente sentada a su izquierda. Los tres compañeros se saludaron intercambiando gestos de intensa amistad, de complicidad...pero hasta que llegaron a su destino nadie despegó los labios... una especie de silencio colgaba de su mirada.

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