domingo, abril 15, 2007

SEIS

Aquella tarde, el planeta dio seis vueltas estrepitosas, como si tuviese a tiempo de llegar a alguna parte o a ninguna, si llegaba tarde.
Con las seis vueltas: el aire se volvió corriente; la corriente se tornó viento...para, éste, embravecerse de manera desenfadada, terca, quebrada y rompedora.
Su rumor, su ruido, su estampido...ya removían aquella tierra, llamada ancestralmente, Cazarabet que vivía amansada por un río, algún arroyo, quebradas planicies enfriadas y quemadas, adruptas montañas que se esfuerzan en impresionar...
Estas nuestras tierras, poco más allá de la frontera de Tània e Ibercabònia son tan tranquilas como anestesiadas; las que guardan el aire limpio y la luz cambiante, sin sobresaltos....
Pero, como todos los duendes aprendimos, recuerdo del libro de leyendas de Cazarabet que: “cuando el “alma” de estas tierras se cansaba de las pretensiones de las nuevas tribus del territorio... en aquel momento, previos movimientos adivinatorios del gato Nicolás... la tierra del territorio Cazarabet daba seis vueltas transformándose: las aguas se agitan, las estructuras chillan, los vientos quitan la respiración , las luces ciegan ,los rumores se quiebran los ruidos se hacen silenciosos y hasta los ateos rezan para que ningún accidente genere una chispa, una hoguera, un fuego, un incendio...una desgracia,un estridente desquicio que nos acerca para que valoremos, sólo en aquel instante, nuestra tierra llena de tribus, reyes de repúblicas, conquistas enamoradas , burros de cinco orejas y gatos, tan “pitos” que cumplen años sin inmutarse....esto que poseemos merece la pena más dedicación y menos miedos cuando se sienten aires de fuego.

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