El viento de marzo sacudió aquellos primeros días de calor repentino y casi traidor. Nos encontramos con una primavera mal alimentada y desprotegida, por una especie de odio que hacía que despertase con fríos y supurantes vientos que nos encerraron en casa como si las habitaciones fuesen madrigueras.
Los cielos se volvieron, casi transformándose, de invierno y, entre los árboles, se podían ver de nuevo, a las escarchas que nunca se fueron…..aunque los calores nos quisiesen engañar.
domingo, marzo 25, 2007
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