jueves, marzo 22, 2007

Perros.

Aquel perro, aparentemente triste, había sido rescatado de una muerte segura… Marcos se compadeció de él y lo recogió de aquella granja de pollos con muchos perros que ladraban ante intrusos, desconocidos y semidesconocidos. El calor del día del rescate era primaveral, casi de verano y los perros, muchos, miraban a Marcos con la lengua fuera casi rozando el polvo amarillo de la parte trasera de la Masía. Marcos se compadeció y les miró a los ojos… había cierta tristeza y mucha más desesperación. Llenó los cuencos de agua y, abriendo la mochilla, extrajo las barritas energéticas y la comida del almuerzo que le había sobrado….los perros lo devoraron con una saciedad casi incontrolable, acabaron y volvieron a beber. Después se sentaron mirando a Marcos y lamiéndose el hocico con verdadera gratitud, ahora los ojos sonreían, casi en un atisbo de carcajada. Marcos les acarició la cabeza… todos mostraron de alguna manera su gratitud… en eso llegó Alfredo, el dueño, ofreciendo una cerveza a Marcos, mientras argumentaba que aquellos eran unos buenos perros para la vigilar la casa. Marcos se bebió la cerveza pausadamente… pensando.
Cuando ya estaba en el camino , se paró y volvió sobre sus pasos; había una cosa que Alfredo valoraba más que el alardear de sus perros… el dinero y la nueva escopeta para defenderse de posibles ladrones… ¿con un arma así y unos cuantos billetes quien quería a tres perros desvalidos y desnutridos?. …

Marcos que se había comprado una Masía y que necesitaba buenos vigilantes

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