miércoles, marzo 28, 2007
Sueño
Durante aquellos días la fiebre por el trabajo se había transformado en obsesión; los ataques de sueño le impedían llevar una pauta de regularidad… Dormía y se despertaba para continuar con un trabajo que no podía terminar porque volvía a ser presa de un sueño que le atenazaba. Recordaba, entonces, las caras de los insomnes que lloraban de impotencia o de los comatosos irreversibles que, quizás no despertaban, por no ver el tiempo perdido…. Entonces se conformaba y luchaba por dormir trabajando y por trabajar durmiendo.
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