Viaje por los dos polos.

El cielo, aquel día de Marzo, experimentó curiosas variaciones… se tapaba con toda una tonalidad de colores oscuros y tensos… ratos después muchos de ellos desaparecían arrastrados por las corrientes de aire… entonces se adivinaba algún atisbo de cielo azul: potente, marcado y personal… pero, aún más pronto se paraba el tiempo para detener al sol y a las luces vespertinas. Cuenta una leyenda del pueblo que el sol se esconde para charlar con la luna, mientras los azules más cálidos del firmamento se reparten a su alrededor cual centinelas fuesen. Un espectáculo que Iris contemplaba desde su balcón admirándose de aquel puzzle cambiante y mutante que detenía, siempre, alguna mirada. El viento sabrá porqué soplaba sin llevarse ni el aire que se posaba entre sacudidas de lluvia, Marzo es así, un mes tan bipolar como la larga carga que arrastraba Iris.